miércoles, 7 de marzo de 2012

La solución política al conflicto social y armado: una apuesta de lxs estudiantes frente a la sórdida puesta en escena del establecimiento



A propósito de la remembranza que algunas organizaciones populares y de Derechos Humanos hacen de los 10 años del fallido proceso de paz en San Vicente del Caguán, donde la expectativa y la esperanza se reavivó en lo profundo de la sociedad colombiana, que clama por una salida política y negociada al conflicto colombiano; es preciso dar algunas nociones y propuestas sobre el escenario actual del conflicto y los caminos, que como luchadores incansables, debemos empezar a andar en la búsqueda de la paz con justicia social.

En este sentido, se observa cómo en los últimos meses del año pasado, así como los primeros del presente, auguraban un escenario político propicio para el intercambio de ideas entre las FARC-EP y algunos sectores de la sociedad, que interesados en conocer las posiciones de este grupo guerrillero frente a la realidad de nuestro país, decididos a superar los velos desinformativos impuestos por los medios masivos de comunicación y enfrentando el más que posible señalamiento desde el establecimiento y los centros de opinión adeptos a la casa de Nariño, entablaron un diálogo con este grupo insurgente para desentrañar algunas de sus perspectivas frente a la realidad colombiana actual, con el objetivo de empezar a avanzar junto con la sociedad civil, en la búsqueda de una salida política al conflicto social y armado colombiano.

Un episodio enriquecedor en aras de “ganar terreno” en la búsqueda de la paz con justicia social, que se presenta en el marco de un proceso importante de articulación de aquellas fuerzas sociales y populares colombianas, que consideran de una importancia vital el tema de la paz para las grandes transformaciones que requiere nuestro país a todos niveles. Recordemos pues, el posicionamiento político que han hecho a este importante tema la Marcha Patriótica y todas las organizaciones que participan de este proceso. También, tengamos en cuenta el Encuentro Nacional de Comunidades Indígenas, Campesinas y Afrocolombianas por la Tierra y la Paz; desarrollado del 12 al 15 agosto de 2011 en la ciudad de Barrancabermeja, y la agenda que este encuentro desembocó.

Sin embargo, la política de seguridad del Gobierno Nacional, zanjada en el imperativo de rendición o muerte, nublaría nuevamente el camino de interlocución y el debate de ideas, apuntalando el picaporte de la puerta ya hace tantos años cerrada; cegando a un sector de los colombianos y colombianas y alienándolos nuevamente junto al cerco de la ignorancia, con no otro fin que la profundización del conflicto social y armado, ocultando por completo las condiciones objetivas que desatarían desde hace más de 4 décadas el estallido de la inconformidad; condiciones que no son otras que la profunda desigualdad en la tenencia de la tierra, la repartición de recursos, la inmensa brecha de desigualdad, la exclusión social, política y económica de amplios sectores, la discriminación racial, étnica y de género, entre otras.

El panorama puesto por aquella élite sorda a las exigencias del pueblo colombiano es hostil, no obstante el reto es claro: continuar el debate, la discusión y la proposición de iniciativas para construir la paz con justicia social. Ejemplo de ello, es lo que ha venido ocurriendo en el movimiento estudiantil, donde se han construido varios avances prestos a materializarse; uno de ellos el Programa Mínimo de lxs Estudiantes que dentro del punto de Universidad y Sociedad, contempla una exhortación a la concreción de la solución política y negociada al conflicto colombiano. Por otra parte, se encuentra la campaña Educación Propuesta y Camino para la Paz, cuyo imperativo es la búsqueda de alternativas de cara a un militarismo, económicamente inviable, socialmente injusto y políticamente errado.

Es tarea nuestra, como estudiantes universitarios, poner este debate, profundizarlo y materializarlo en todas las universidades públicas y privadas de Colombia, con el fin de plantear propuestas e iniciativas para el diálogo entre los actores armados y la sociedad civil. Está en nuestras manos labrar el camino que permita empezar a andar, partiendo del reconocimiento de la existencia de un conflicto social y armado, un debate público y libre que posicione el tema en el grueso de nuestra sociedad, desde la academia hasta el colombiano de a pie, sin que medien tergiversaciones o embauques de quienes detentan el poder actualmente.

Federación de Estudiantes Universitarios – Universidades Privadas
FEU COLOMBIA